El poder de servir. Condiciones y virtudes que requiere el servicio

Autores/as

  • Alfredo Rodríguez Sedano

DOI:

https://doi.org/10.31207/colloquia.v1i0.17

Resumen

No cabe duda de que el servicio es un tema medular en la sociedad actual. La fecundidad del servicio se percibe día a día en su eficacia transformadora. El objetivo que nos proponemos en este artículo es tratar de discernir cuáles son las condiciones que estimulan el espíritu de servicio y, a su vez, las virtudes que fomentan cada una de esas condiciones. De este modo podremos estimular el espíritu de servicio que es inherente a la acción humana. Inicialmente centramos la atención en la persona que lleva a cabo el servicio y lo hace a través de una acción, manifestando en la acción bien hecha la eficacia transformadora de quienes le rodean y de lo que le rodea. A continuación abordamos una de las mayores dificultades con las que tropieza el servicio: el estupor. El estupor ayuda a percatarse de que hoy en día vemos en las personas una incapacidad para conocer lo real, mientras que el servicio conlleva un hacerse cargo de la realidad, un saber materializar las ideas, y hacer operativos los proyectos. A continuación se aborda una propuesta acerca de las condiciones que exige el servicio desde el carácter personal – desde quien lo lleva a cabo- y cuáles son las virtudes que reclaman esas condiciones para el recto ejercicio del servicio. En dicha propuesta no se trata de percibir esas condiciones como un modelo cerrado. Esa visión es todo lo contrario a lo que representa y es el ser humano quien lleva a cabo un trabajo en el que procura perfeccionarse a través del ejercicio de las virtudes. Una de las consecuencias que se pueden derivar de lo propuesto es que el servicio no es condición del trabajo sino de quien trabaja. Finalmente veremos cómo la clave del servicio hay que situarla en el amar personal. Un amor personal que posee tres dimensiones, distintas jerárquicamente entre sí en el hombre, que de mayor a menor son: aceptar, dar y don. Las tres dimensiones del amar personal, nos ponen sobre la pista de que el amor humano es un amor interesado. Aquel amor cuyo interés consiste en interesarse por y, por tanto, establecer un lazo de unión, de comunidad, donde el dar y aceptar comportan un don. Es la apertura a un alguien.

Publicado

05-07-2017

Número

Sección

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